
Alertan por la baja vacunación.
La inminente llegada del invierno, trae una preocupante situación. Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, los casos de infecciones respiratorias aumentaron un 20% en lo que va del año, en comparación con el mismo período de 2024. Más alarmante aún es el crecimiento de las internaciones, que se dispararon un 48%, en su mayoría por cuadros de neumonía y gripe A H1N1.
Este repunte coincide con un contexto de baja cobertura de vacunación, incluso en dosis incluidas dentro del calendario obligatorio. Así lo confirmó el último informe de vigilancia epidemiológica.
Uno de los datos más llamativos es el regreso de enfermedades que se creían controladas: el sarampión aumentó un 3300%, la hepatitis A un 440% y la tos convulsa, también conocida como tos coqueluche, registró una suba del 134%. Son enfermedades que habían prácticamente desaparecido, pero al dejar de verlas, muchas familias dejaron de vacunar, advirtieron en el informe.
El médico infectólogo Óscar Atienza fue aún más contundente: “Es una vergüenza que tengamos de nuevo sarampión después de casi 25 años sin brotes. Las enfermedades de la infancia están resurgiendo porque los chicos no están vacunados”, declaró. Según datos oficiales, hasta el 70% de los niños en algunas regiones del país no tienen el calendario de vacunación completo.
Entre los virus respiratorios más detectados este invierno, además de la gripe A, se encuentra el virus sincicial respiratorio (VSR), que afecta principalmente a bebés. “Es la causa número uno de internación pediátrica. Por eso, la vacuna es obligatoria para embarazadas”, señaló el especialista.
Además, Atienza alertó sobre el crecimiento de enfermedades en adultos como sífilis y tuberculosis, y otras menos frecuentes como dengue, zika, encefalitis y chikungunya. “La única que no reapareció es la poliomielitis. Si volviera, retrocederíamos 70 años”, sostuvo.
El profesional hizo hincapié en la responsabilidad compartida entre familias, Estado y sistema educativo. “Los padres deben asegurarse de vacunar a sus hijos, pero también hace falta un Estado activo, que facilite el acceso, promueva la salud y busque a los niños en riesgo. Los colegios deberían exigir el carnet de vacunación al ingreso escolar, y eso tampoco se está haciendo”, concluyó.
La advertencia es clara: sin campañas de vacunación masivas, sin conciencia social y sin compromiso estatal, el avance de enfermedades prevenibles continuará. Y con ello, no solo se eleva el costo económico del sistema, sino también el riesgo en la salud de toda la población.